
El colegio mayor San Juan Evangelista, en Madrid, siempre ha sido sinónimo de innovación, cuna de cultura, templo del jazz, el flamenco, y germen de múltiples movimientos tanto artísticos como políticos y culturales.
Tras su polémico cierre, y posterior invasión okupa, subsiste el génesis creativo propio del Johnny.
¿Será que el Johnny esconde en su interior fuentes secretas de inspiración y creatividad?
Se define la creatividad como la capacidad de crear, inventar, innovar, imaginar, descubrir una obra de ingenio, de arte o de artesanía muy laboriosa, o que revela una gran inventiva.
A lo largo de la historia, esta creatividad venía intrínseca en los artesanos, concepto que ha cambiado hasta nuestros tiempos. Cocineros, cocteleros, jardineros, entre otros, son los nuevos artesanos del siglo XXI, la nueva clase creativa, y para ellos, y su formación es "La Factoría Creativa", un centro de I+D+I en el que estudiantes de distintas modalidades conviven, haciendo que los estudios de uno influyan en los del otro y solventando las carencias detectadas en el barrio.
El edificio residencial original se divide en tres zonas independientes y cada una de ellas constituye una unidad habitacional autosuficiente en todas las tareas diarias, excepto la comida y el servicio de lavandería.
Estas tres "comunidades" se disponen horizontalmente manteniendo individualidad de accesos.
Para conseguir esta masificación, las habitaciones son iguales y de pequeñas dimensiones.
"No es racional imponer elementos idénticos a individuos diversos", Lucien Kroll.
Por ello, se propone una reinvención de las tres comunidades, llevándolas al extremo y creando un sentido de pertenencia como individuos y una identidad social como grupo.
De este modo, metrópolis se vincula al mundo tecnológico, de la producción y la máxima eficiencia.
Wonderland, se relaciona con el mundo natural, lo vegetal, el olor de los cultivos, la madera…
Neverland es la comunidad más efímera. Se vincula con el mundo del ocio, lo lúdico. Se conforma mediante filtros, tamices de luz y usos variados.
Cada una de estas comunidades, tiene unas necesidades concretas, por lo que conlleva unas consecuencias tanto técnicas como espaciales.
Así, las habitaciones de metrópolis, son unidades entre el mundo laboral y el privado, equipadas con mecanismos diseñados de forma diferente para cada usuario: mobiliario móvil para los cocineros, sistemas de destilado para los cocteleros o cultivos hidropónicos para los botánicos.
En Wonderland, sin embargo, se extrapolan las estructuras propias del cultivo al mundo del habitar, generando cerramientos y mecanismos por medio de estos elementos.
Neverland es la comunidad más efímera, constituida por elementos textiles de diferente materialidad, bien sea opaca, plástica o de redes de diferentes densidades. Estas redes se descuelgan mediante unos raíles, y los consecuentes mecanismos de control.
Se mantiene el máximo material original posible en las particiones, añadiendo nuevos materiales para completar la unidad.
Citando a Xavier Monteys en La Casa Collage: “somos el diagrama de las funciones de habitar nuestra casa”.
Pero, ¿Qué pasa cuando hay varios habitantes y sus diagramas se unen?
Se generan una serie de espacios de convergencia definidos como comunes, de tránsito o de actividades compartidas. No es necesaria la extrema especialización de estos espacios, ya que esto hace que pierdan flexibilidad. Así, cualquier pasillo puede ser un taller, una cocina o un laboratorio si sus usuarios así lo deciden.
Los individuos son la casa.
La casa deja de ser una unidad compacta y el habitar se convierte en una serie de experiencias o estímulos encadenados, espacios enlazados, bien por visuales, tamaños o programas. Se pone en manifiesto el valor de los pequeños paisajes integrados en un uso diferente.
Se trasladan conceptos urbanísticos al interior, haciendo un símil entre el edificio y la ciudad: las habitaciones son las casa, los pasillos las calles y las salas de estar las plazas.
Para solventar las nuevas necesidades espaciales y energéticas se proponen una serie de micro-cirugías:
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Se da un tratamiento específico a cada fachada, dependiendo de su uso y orientación. Para ello, se incorporan una serie de parásitos, que aportan nuevos espacios a colonizar.
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Se generan recorridos, que conectan puntos con programas relacionados.
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Se hacen demoliciones selectivas, creando nuevos patios, que amplían el catálogo paisajístico interior y favorecen la ventilación natural.
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Se reinterpreta el concepto original de las tres comunidades, llevándolas al extremo.
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Dado que son comunidades con unas necesidades muy diferentes se generan una serie de espacios comunes entrelazados, para favorecer la interrelación de los usuarios.
Al tratarse de comunidades vinculadas, se propone un sistema de autogestión, en el que cada uno enfoca su formación en aportar algo a la comunidad: los cocineros llevan el comedor, los botánicos cuidan los jardines de especias, etc.
Se apuesta por el ahorro y la eficiencia energética del edificio, proponiendo un sistema de recogida de aguas pluviales, y reciclaje de aguas grises para su posterior uso en el riego de los jardines. Se depuran mediante plantas macrofitas y se almacenan en depósitos en el sótano.
Por otro lado, se instala un sistema de climatización y ventilación mediante UTAs en cubierta, y rejillas, fancoils y plenums según las necesidades del espacio al que sirven.
La estructura original se complementa con una serie de cerchas transitables en cubierta, de las que se descuelgan mediante cables los parásitos de fachada.
Estas cerchas, que se arriostran con un sistema secundario, se generan mediante tres redes de perfiles tubulares y nudos esféricos.
Promovidas por el carácter joven y emprendedor de barrio e impulsadas por la nueva Factoría Creativa, surgen multitud de actividades en sus calles, plazas o espacios vacíos.
Se recogen nuevas propuestas, pero también se regulan las pre-existentes.
Las actividades se desarrollan en escenarios satélite del barrio, pero tienen su epicentro en La Factoría Creativa.
"(...) en los programas de I+D+I, debemos potenciar las 3T: tecnología, talento y tolerancia (...)." Richard Florida, La clase creativa.
El Johnny y sus inquilinos lo han hecho así a lo largo de su historia, y ahora nos toca a nosotros.
Bienvenidos a la Factoría Creativa.