
Empezamos el curso de proyecos V trabajando en grupo, en un análisis del lugar.
Con este fin, repartimos diferentes sectores de La Petite Ceinture para, más adelante, extrapolar un planteamiento de solución al cinturón completo.
Dividimos el análisis en tres sectores: ecológico, medioambiental y social que, una vez desarrollados, se complementarán en una cartografía 4D (incluye el eje temporal) conjunta.
Se deciden analizar temas como la creación de charcos, la humedad o la temperatura (medioambiental), los ritmos sociales, de usuarios, rutinas, usos (social) o el tipo de vegetación, aves asociadas y sus ritmos vitales (Ecológico).
Partiendo de las conclusiones de este análisis, se propone, de forma individual, reactivar el sector como una zona deportiva de descanso, recuperación y control.
Dicha zona tendrá un programa de jardines asociado, así como espacios para desarrollar diferentes actividades, que involucren al barrio en el mismo.
Estudiando las inmediaciones parisinas al recorrido de La Petite Ceinture, se observa que cuenta con instalaciones deportivas preexistentes, que se utilizarán para ampliar el área de influencia del programa propuesto.
Se escogen como puntos principales de programa un centro dedicado a cada una de las modalidades deportivas más practicadas en París, conectándolos todos ellos por una pista de atletismo circular, que seguiría las vías del cinturón.
El programa extrapolado a toda la ciudad, cuenta también con una conexión tecnológica, ya que se propone la creación de una aplicación móvil, “Le Petite Network”, mediante la cual se puede interactuar con otros usuarios, buscando gente para practicar un mismo deporte, buscando información sobre las instalaciones y programas propuestos o bien mediante el registro de las puntuaciones y constantes de los deportistas y la elaboración de un ranking virtual.
El sector que se asigna para el desarrollo más detallado, es el sector 11B, que cuenta con instalaciones deportivas de tenis preexistentes.
El objetivo es que el programa integre tanto temas sociales, medioambientales y ecológicos. Por este motivo, se desarrolla un circulo de procesos, en los que todos están vinculados y alimentados por los demás. De este modo, un corredor desprende agua en modo de sudor, que se condensa y es utilizada por las plantas que, a su vez, generan oxígeno, necesario para que el corredor pueda seguir. Además, se utiliza un juego de humedad y temperatura, que genera diferentes condiciones en los diferentes jardines, cada uno con características poco similares. Todo ello, influye también en la elección de materiales y la distribución de espacios.
Siguiendo estas pautas, el proyecto se desarrolla en diferentes puntos del sector: nuevo pabellón, jardines e invernaderos satélites y reutilización de instalaciones existentes.
Cualquiera de los tres tipos de actuaciones, cuenta con jardines y espacios verdes que se pueden clasificar en un catálogo según sus características o necesidades. De este modo, surgen espacios como los jardines urbanos, las zonas aromáticas, de floricultura, de montaña, el paisaje ecuatorial, continental, etc.
El pabellón se divide en tres alturas, cada una de ellas dedicada a un uso y gobernada por un ser vivo diferente.
La planta superior, queda enrasada con la calle, por lo que supone una nueva plaza o espacio público para el barrio.
Dicha plaza, sobrevuela la pista de atletismo y da acceso tanto a un invernadero, como a un espacio público y de reunión en forma de graderío.
La plaza cuenta con huertos urbanos que, mediando un sistema de gestión, se ceden al barrio para que sean los propios vecinos lo que lleven su cuidado y desarrollo. También cuenta con zonas de plantación, que están acotadas y especificado su contenido, para mantener la variedad y el orden.
Sobre dicha plaza, emergen grandes “cajas” de cristal, contenedoras de jardines interiores, que explicaremos posteriormente.
La planta intermedia, alojaría el programa de vivienda temporal. En esta planta, la vegetación es libre, mientras que es el ser humano el que está “encerrado” e intenta colonizar espacios.
Así, las habitaciones se encuentran en “cajas de cristal”, colocadas en medio de una vegetación que las rodea. Cuentan con grandes lucernarios, de modo que el usuario puede dormir con vistas a las estrellas.
El modo de dormir es sencillo: las camas son huecos en el pavimento, de modo que en el momento que quieran ser usadas, se abre una compuerta y se accede a ella. Durante el tiempo que estén en desuso, el pavimento es continuo.
Otras estancias como las cocinas, el cuarto de baño o el salón-comedor, se sitúan integrados en medio de la vegetación, conviviendo con ella.
La planta inferior es la dedicada a los diferentes paisajes, según las condiciones de temperatura y humedad de cada espacio.
Al contrario que en la planta anterior, aquí la vegetación se encuentra retenida, y es el ser humano el que la observa libremente.
De este modo, se genera un recorrido entre paisajes, comenzando por los más cálidos, pasando por los templados y acabando el los fríos.
Cada uno de los paisajes cuenta con una topografía y una altura, en función de su necesidad, bien espacial, de luz, etc.
Así, algunos paisajes son pequeños, comprimidos, alojados en una única planta, mientras que otros invaden y colonizan la planta superior, o emergen en la plaza por los cubículos de cristal.
El proyecto se ayuda para mantenerse de energías pasivas, como la geotermal, la solar o la recogida y depuración de pluviales.
La sección del proyecto es cambiante, ya que los jardines se van amoldando y la vegetación integrándose. Así, se crean diferentes alturas, roturas de forjados, espacios comprimidos y otros más dilatados.
Estas sensaciones son reforzadas por el control de humedad, temperatura y luz.



